La genética tiene varias ramas las cuales tienen muchas aplicaciones en la vida diaria, una de ellas es la ingeniería genética.
La ingeniería genética tiene diversas aplicaciones, principalmente en los campos de la medicina y en la producción de alimentos.
En el campo de la medicina, por ejemplo, se investiga la forma de prevenir enfermedades. Los científicos creen que en un futuro se podrá leer la información genética de las personas para detectar posibles padecimientos y manipular esos genes para que no ocurran o para evitarlo en un futuro. En cuanto a la producción de alimentos, la ingeniería genética ha tenido aplicaciones para modificar las características de ciertos cultivos, hacerlos más resistentes al ataque de insectos, a la acción de herbicidas y para cambiar sus características físicas, como el color o la presentación, o incluso la producción. Dichas modificaciones fueron pensadas con el objeto de elevar la producción y obtener mayores ganancias, pero con la gran cantidad de inconvenientes que se han interpuesto a la modificación genética de los cultivos, se estan teniendo problemas en este tema en ciertos países.
Las grandes empresas transnacionales como Monsanto, Novartis, AgrEvo y otras se percataron que la ingeniería genética podía ofrecerles cuantiosas ganancias, por ello, en los últimos 10 años han invertido millones de dólares para el desarrollo de productos agrícolas transgénicos. Hoy en día, dichas empresas buscan el control de la producción de alimentos en el mundo entero y por eso aseguran que los organismos transgénicos se desarrollan a partir de una tecnología amigable con el medio ambiente, pero ocultan que su funcionamiento depende también de las condiciones ambientales de cada país, lo que se utiliza en E.U.A. no puede usarse sin precacuciones en España ni en ningún país de la Unión Europea.
El gobierno estadounidense, junto con otros países desarrollados ejercen fuertes presiones para que el tercer mundo abra las puertas a los productos transgénicos. El control de los alimentos se ha convertido en un punto clave para los países más fuertes en su afán por mantener el control mundial, ya que podrían controlar los precios de los alimentos y tener un mayor control de las economías emergentes.
